Su pasión y dedicación por la apicultura le vino por su marido, cuya familia ya se dedicaba al mundo de la miel desde principios del siglo pasado. Dolores es una enamorada del ambiente de sus colmenas, del trabajo bien hecho y del esfuerzo, para obtener esa miel tan particular y de tan alta calidad, desde la miel de azahar, tan “valenciana”, pasando por la de romero, tomillo, eucalipto, entre muchas otras variedades.

Ella ejerce la apicultura de transhumancia, lo que implica que vaya desplazando sus colmenas a diferentes regiones de España, buscando la mejor floración para la producción de su miel.

Dolores no sólo produce miel, sino que también elabora jabones artesanales y es miembro de la Cooperativa de su pueblo, Quatretonda. Gracias a ello, contamos en Alemania con un aceite de oliva espectacular y suave al paladar, así como de otro aceite con la denominación ecológica Bio, digno de cualquier paladar exigente.

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